Milli Vanilli: un Grammy y millones de ventas
por hacer 'playback'. En 1987, el productor discográfico alemán Frank Farian
descubrió al francés Fab Morvan y el alemán Rob Pilatus, dos mulatos que
bailaban con la cantante Sabrina. A ojos de Farian, aquella exótica pareja lo
tenía todo para triunfar: dotes para la danza, desparpajo y sex appeal. Como no
sabían cantar, el productor contrató a un par de vocalistas y un puñado de
músicos: ellos grabarían los discos, mientras Fav y Rob movían las bocas y el
esqueleto. ¿Resultado? Vendieron millones de discos y recibieron un premio
Grammy.
Milli Vanilli, grandes impostores. El chasco llegó en 1990, cuando un tal
Charles Shaw confesó en un periódico que él era quien cantaba en los discos y
que Milli Vanilli eran un par de impostores. Desesperados, Rob y Fav le
pidieron a Frank Farian que los cubriera pero, temeroso de hacer más el
ridículo, el productor optó por reconocer públicamente la verdad. Poco después,
al dúo le quitaron su Grammy y lo echaron de su sello discográfico.Tras el
escándalo, los Milli grabaron algún disco con sus verdaderas voces, pero ya
nadie les creía. Rob no encajó bien el fracaso y acabó muerto por sobredosis en
1998.
Technotronic: la despampanante chica de portada
no sabe cantar. Este grupo belga de eurodance fue ideado por el productor Jo
Bogaert, alias Thomas de Quincey. Cuando lanzaron su primer disco, el
rompepistas house Pump up the jam (1989), la chica que salía en la portada y en
el vídeo era la despampanante modelo Felly Kilingi, pero cantaba Manuela
Kamosi, alias Kid K, mucho menos atractiva.
A partir del siguiente disco, rectificaron, saliendo
en todas las fotos y videos y tocando mucho en directo. Pero el
éxito nunca les volvió a acompañar.
Boney M: el cantante no canta, pero si lo
quiere el público... En 1975, el grupo ABBA arrasaba en todo el mundo. Fue
entonces cuando al productor alemán Frank Farian (que más tarde crearía a Milli
Vanilli) pensó en montar una respuesta negra y exótica a los fabulosos suecos.
Para ello, contrató a dos cantantes y una modelo, todas del Caribe, y a un DJ
antillano que atendía por Bobby Farrell. Como el susodicho DJ no sabía cantar,
Farian decidió hacerlo él mismo.
El éxito del grupo, llamado Boney M, fue
apoteósico y canciones como Ma Baker, Belfast o Rivers of Babylon arrasaron en
todo el mundo. Fue entonces cuando Bobby Farrell empezó a protestar y a pedir
que lo dejaran cantar. Pero Farian, que disfrutaba siendo la voz en la sombra,
no aceptó y, harto de la rebeldía de Farrell, lo echó del grupo y puso a otro monigote
al frente. La cosa no funcionó, pues el público se quejaba de que aquel
impostor no era “el negro de Boney M”. Así que el productor tuvo que llegar a
un acuerdo con el falso cantante, que aceptó volver al grupo a cambio de dinero
extra y cambiar su nombre por “Bobby Farrell & Boney M”.
C+C Music Factory: tú te callas. Los productores americanos Robert
Clivillés y David Cole crearon este grupo de dance pop a principios de los
noventa. Tras hacer unas bases, contrataron al rapero Freedon Wiliams y a la
vocalista Martha Wash para poner voces en rompepistas como Gonna make you sweat
(Everybody dance now). El éxito fue legendario: cinco veces disco de platino.
Pero la señorita que salía en la portada de los discos y en los vídeos no era
la oronda cantante Martha Walsh, sino Zelma Davis, una deslumbrante modelo de
19 años que, años después, se lavaría las manos en una entrevista de Rolling
Stone: “Yo era joven e inocente. Recuerdo que les dije a los que grababan el
videoclip que eso no lo había cantado yo y los de la casa de discos me hicieron
callar”. La portada del disco de C+C Music Factory: la señorita que aparece no
es la verdadera cantante del grupo. La portada del disco de C+C Music Factory:
la señorita que aparece no es la verdadera cantante del grupo. La que no se
calló fue Martha Walsh, que denunció a los productores y a CBS/Sony por fraude,
publicidad engañosa y apropiación comercial.
Billy Joel: estafado y arruinado. Desde 1973
hasta que se retiró temporalmente en 1993, esta estrella del pop facturó 40
éxitos, ganó seis premios Grammy y despachó más de 100 millones de discos en
todo el mundo. Sin embargo, por avatares del destino, también se ha arruinado
varias veces. El ejemplo más sonado fue cuando Frank Weber, su ex mánager, usó
30 millones de dólares que sacó de las cuentas del cantante para avalar
prestamos personales y realizar varias inversiones que acabaron mal. Joel no se
enteró de la estafa hasta 1989, año en que le hicieron una auditoría, y tuvo
que declararse en quiebra, demandando poco después a Weber por fraude y
apropiación indebida. Hay más: el ex manager era padrino de la hija del
cantante y había sido su cuñado. El caso afectó tanto al artista que en su
disco River of dreams (1993) dedicó varias canciones al asunto.
Oasis: los 'fusilamientos' de Manchester. El
productor de los Beatles, el recientemente fallecido George Martin, llegó a
decir que Noel Gallagher, cantante y guitarrista de Oasis, es “el compositor
más fino de su generación”. Y tal vez tendría razón… si algunos de sus éxitos
fueran suyos. Entre otros artistas, Noel se ha inspirado demasiado en Stevie
Wonder, Monthy Python, Gary Glitter, Serge Gainsbourg, Pink Floyd, The Doors y
hasta Johann Sebastian Bach. Pero el caso más flagrante es el del tema
Cigarrette and alcohol, donde fusiló acordes y ritmos del celebérrimo Get it
on, de T. Rex; por supuesto, tuvo que pagar con creces los derechos de autor. También
la marca Coca-Cola lo denunció, por plagiar la música de un anuncio de los años
setenta (I’d like to teach the world to sing) en su canción Shakermaker. Tras
indemnizar a la marca de refrescos, Gallagher declaró con recochineo que “a
partir de ahora solo beberé Pepsi”.
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