Estos son los 5
lamentos más comunes al darse cuenta que han desperdiciado no solo su tiempo si
no el tiempo de los demás
Me gustaría expresaran su punto de
vista:
1. Ojalá
hubiera tenido el coraje de vivir una vida siendo fiel a mis sueños, no a la
vida que otros esperaban de mí.
Este era el
lamento más común de todos. Cuando las personas se dan cuenta que su vida está
a punto de terminar, pueden mirar atrás con claridad y es fácil ver cuántos
sueños no han sido realizados. La mayoría de la gente no había cumplido aún ni
la mitad de sus sueños e iban a morir sabiendo que esto se debía, a las
elecciones que habían o no habían hecho durante su vida.
Es muy
importante que trates de realizar al menos algunos de tus sueños durante la
vida, ya que en el momento en que se pierde la salud, es demasiado tarde. La
salud nos trae una libertad que muy pocos nos damos cuenta antes de perderla.
2. Desearía
no haber trabajo tan duro.
Cada
paciente de sexo masculino que cuidé decía lo mismo. Se perdieron la juventud
de sus hijos y la compañía de sus parejas. Las mujeres también se arrepentían
de esto, pero como la mayoría eran de una generación anterior, muchas de las
pacientes de sexo femenino no habían tenido que sostener la familia.
Todos los
hombres que cuidé lamentaban profundamente haber gastado su vida en torno al
trabajo.
Al
simplificar tu estilo de vida y tomar decisiones conscientes a lo largo de tu
vida, es posible que no necesite los ingresos que crees que necesitas. Con la
creación de más espacio para ti, andarás más feliz y más abierto a las nuevas
oportunidades.
3. Ojalá
hubiera sido capaz de expresar mis sentimientos.
Muchas
personas no expresaban sus sentimientos con el fin de mantener la paz con los
demás. Como resultado, nunca se convirtieron en lo que eran realmente capaces
de llegar a ser. Hay muchas enfermedades que desarrollan sentimientos de
amargura y de resentimiento.
No podemos
controlar las reacciones de los demás. Sin embargo, aunque las personas pueden
reaccionar diferente cuando nos expresamos honestamente, al final las relaciones
son llevadas a un nivel más saludable. O pasa eso, o nos damos cuenta que la
relación a la que nos estamos enfrentando no es para nosotros, de cualquiera de
las dos formas, salimos ganando.
4. Ojalá me
hubiera quedado en contacto con mis amigos.
Muchas
personas se dan cuenta del real valor de los amigos a solo semanas de morir.
Mucho de ellos fueron quedando en el camino debido a la rutina que muchas veces
aleja a las personas y a la hora de querer ubicarlas porque no queda tiempo.
Muchos de ellos
habían llegado a estar tan atrapados en sus propias vidas que habían abandonado
grandes amistades con el paso de los años. La gente se lamentaba mucho de no
haber dedicado el tiempo y el esfuerzo que se merecían sus amigos. Todo el
mundo extraña a sus amigos cuando está muriendo.
Es común
dejar las amistades de lado, para cualquier persona que lleva un estilo de vida
ocupado. Pero cuando te enfrentas a tu muerte, los detalles físicos de la vida
desaparecen. Si se puede, la gente quiere tener sus asuntos financieros en
orden, pero no es el dinero o el status lo más importante para ellos.
Estas
personas quieren que esté todo ordenado, porque se preocupan del beneficio de
aquellos que aman. Aunque por lo general, están demasiado enfermos y cansados
de preocuparse de estos asuntos. Finalmente todo se reduce al amor y a las
relaciones. Eso es todo lo que queda en la semana final, el amor y las
relaciones.
5. Me
gustaría haber sido más feliz.
Este es uno
sorprendentemente común. Muchas personas no se dan cuenta hasta el final de que
la felicidad es una opción. Han permanecido estancados en viejos patrones y
hábitos. El conocido confort o familiaridad se sobrepuso a sus vidas tanto
física como emocionalmente. El miedo al cambio les dejó haciendo creer a otros,
y a ellos mismos, que eran felices, pero cada vez las risas y las tonterías
tardaban más tiempo en aparecer en sus vidas.
Cuando uno
está en su lecho de muerte, lo que otros piensan de ti es algo que uno deja de
pensar. ¡Qué maravilloso es ser capaz de dejar ir las cosas y ser capaz de
sonreír, mucho antes de saber que te estás muriendo.
La vida es
una elección, la que estás viviendo es TÚ vida. Elige conscientemente, elige
sabiamente y elige honestamente. Elije la felicidad.
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